Old skull -IV-

Andrea Cecilia Tovar
Las palabras de esta chica estuvieron inmersas en quejas y “hubieses”. Había en sus cuentos más resoplidos que puntos y seguido. Andrea trabajó en una casa de familia la mayor parte de su juventud, los chicos de dicha casa jugaron un papel tan importante en su vida que ella los adoptó por cariño y convicción. Tal fue el apego que hoy en día reclama que sus “hijos” no la visitan. Se queja y estruja las cejas diciéndolo, en un intento de exigencia que  llega a la esquina y se devuelve. Andrea tiene graves problemas lingüísticos, tal es la dificultad que presenta al hablar que entenderla fue casi una proeza. Por fortuna Nubia completó sus historias y coincidió con mi veredicto: “esta señora lleva a cuesta un enorme olvido”. A pesar de su dicción trabada, nos reveló su edad (81), dijo extrañar de su juventud coser, ir a los bailes en las plazas y disfrazarse para los carnavales. Lleva un record de 6 años internada en “La edad de oro” y no parece estar del todo bien: “no me molesta estar aquí, pero quisiera hacer algo, algo, uno quiere estar activo, pero no puede”, decía, empuñando las manos. Parece no estar consciente de sus males, estaba vendada de una pierna y la aquejaba un problema en la muñeca derecha. La única familia con la que cuenta son tres hermanos que no se encuentran en la ciudad, por lo cual no recibe visita alguna. Fue rudo sentir la frustración de esta señora, cuyos achaques le impiden plena movilidad, además de la condición emocional en la que está que a leguas se nota que le pesa en la memoria.


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