El sexo vende (Parte II)

Darío Rodríguez, 30 años. Encargado de “Kamasutra”

¿El producto más buscado?
Retardantes, para prolongar la eyaculación.
¿Quiénes te frecuentan más, población femenina o masculina?
Femenina.
¿En cuanto a la población gay?
Es paralelo, nos visitan chicos y chicas.
¿Te han pedido algún producto que no tengas aquí?
Todo lo que se te ocurra lo tenemos, todo lo que pidas.
¿Cuál es el producto más exótico o raro que ofreces?
Aquellos para hacer cosquillas, plumas o accesorios con vibración.
¿Por cuánto tiempo has atendido esta tienda?
4 años ya.
¿En qué consistió el entrenamiento?
Fue fácil. El sexo es parte de todos, y sabemos qué queremos. Por ejemplo si te dan un lubricante tú sabrás qué hacer con él y lo usarás a tu favor. La gente llega con una idea prediseñada y aquí la desarrollan. Este tipo de tienda está diseñada para estimular todos los sentidos: el auditivo, el táctil, el olfativo, el gustativo y el visual.
En cuanto al auditivo… ¿música erótica?
Claro, tienes la música Buddha Bar, se lleva muchísimo, porque te incita a la sensualidad, de hecho si te mueves con esta música en el proceso de las artes amatorias vas a conseguir hacer el amor rítmicamente, en vez de con otro tipo de música.
¿Qué requisitos debes cumplir como vendedor?
No grandes exigencias, pero la chispa es esencial, porque de nada te sirve ser muy bello o muy estudiado si te falta la chispa, nosotros no sólo estamos para vender sino para asesorar y orientar al cliente. Si, por ejemplo, llegas tú preguntando: “¿tienes lubricante?” y yo sólo te respondo: “sí, uno a base de agua”, ¡imagínate!  La idea es que yo te informe sobre qué puedes hacer con el lubricante, si puedes ingerirlo o no, si genera cambio en el PH, sabes…es darte tips, informarte y tener una especie de coquetería.
¿Has tenido problemas con algún cliente, de qué índole?
Jamás. Aunque nunca falta un vivo. Somos una tienda que vende productos íntimos, por lo cual no se genera ningún tipo de cambio ni devolución. Al intentar generar cambios, te encontrarás con nuestra contraparte, es por cuestiones de higiene.
¿Te dedicas a otra actividad?
No, paso todo el día aquí, es un mundo que te absorbe porque es un lugar muy relajante, la energía es buenísima, el ambiente es súper agradable, te mantiene con una sonrisa. La gente entra e igualmente se relaja.
¿Ha mejorado tu vida sexual desde que trabajas aquí?
Sí,  bastante, estoy más consiente, la disfruto mejor. He descubierto ámbitos que no conocía, no por tabú, sino por falta de información.
¿Qué has aprendido o entendido gracias a este puesto?
Es mucha la experiencia que logras, te hablan de compatibilidad, de erotismo. El sexo no es sólo la introducción del pene en una vagina, un ano o una boca y llegar al orgasmo; es compenetración y saber erotizar. O sea, no es tener sexo por simplemente tenerlo.
¿Trabajar en una “tienda del sexo” no ha afectado tu vida personal, no te juzgan negativamente?
Al contrario, es un honor ser el encargado de Kamasutra. Se genera mucha curiosidad “qué hay de nuevo, qué hay de bueno”, hay clientes que te ven fuera de este ambiente y te saludan, te besan, te traen obsequios, es agradable.
En mi círculo de amigos me piden consejos, me dicen: “mira, qué me recomiendas de nuevo para hacerlo con mi pareja”. La gente siempre busca innovar, no se quedan en “ay, mira, te regalé un Blackberry”, qué tremenda sorpresa, no. La idea es cambiar, quizás un buen masaje, con algún aceite o feromonas. El cambio es excitante.
¿Cremas con feromonas, quizás?
Sí, también hay colonias, concentrados, aceites para masajes.
¿Funciona realmente?
Hablando a nivel personal, te puedo decir que sí, es agradable. En el caso de parejas del mismo sexo, se percibe uno de ellos como el dominante. En el macho aparece el alfa y en el caso de las hembras, la reina. En líneas generales es un tema de química, atracción, de mensaje.
¿Has usado los productos que vendes?
 Es parte de lo que es Kamasutra.  Cuando me piden alguna recomendación, evito decir que todo es bueno, porque no los he usado todos. Sin embargo, en base a mi experiencia puedo darte ciertas recomendaciones.
¿Cuáles son las temporadas en las que más venden?
Durante todo el año, lo que varían son los productos. Ejemplo, en carnaval se venden mucho los trajes de fantasías. En vacaciones y fines de semana largos aumenta la visita de clientes, por eso ya no es Semana Santa, sino Semana Zángana, (risas).
¿El venezolano es creativo, alternativo o sencillamente tradicional en el plano sexual?
Un poco de las tres, se las ingenia muy bien y le gusta disfrutar, le gusta adquirir productos de buena calidad, se inclina por un lubricante de aquí, por ejemplo, en vez de uno de farmacia porque no piensa sólo en el momento sino en los beneficios posteriores, ya que un lubricante de acá tiene vitaminas, sustancias que humectan las paredes vaginales y a la larga te ayudará a una mejor lubricación.
¿Aún hay tabúes con respecto a estas tiendas?
Quien entra aquí viene con una idea, un plan diseñado. Luego de 3 o 4 minutos la gente se ambienta muy bien, entran en confianza, te dicen “ayúdame, qué puedo usar, qué tienes de nuevo, no soy principiante, tengo experiencia pero quisiera llevar a mi pareja a otro nivel”. Los tabúes están, pero la curiosidad también.
¿Te has encontrado con casos de personas que vienen sin la mínima idea de lo que quieren o buscan?
No, al menos una idea básica traen. Te dicen: “quisiera iniciarme, qué me sugieres”  vienen  con dudas sobre alguna experiencia que puedan realizar gracias a nuestros productos, para generar nuevas sensaciones obviamente no dolorosas, sino placenteras. Es todo un armamento.
Acabas de decir algo interesante “no doloroso, sino placentero”, pero hay gente que encuentra placer en el dolor, ¿qué productos ofreces para satisfacer estas preferencias?
Tenemos un área de fetiches, hay personas que adoran los pies, otras que adoran usar látigos, hay para todos los ámbitos. La sodomización es un arte, no se trata de causar dolor por causarlo, sino de encontrar placer en él, hay que saberlo hacer, no todos saben. Hay otros que son artistas.
¿Qué es lo que a la gente le hace falta saber?
Conocer sus cuerpos, explorarlo. Detectar qué te gusta y qué disfrutas realmente. Si te gusta el sexo oral, debes saber que no sólo se trata de lamer los genitales, sino de usar tu boca en cualquier parte del cuerpo de tu pareja y jugar con ello. No es manipulación, sino manejar la situación de manera que el acto sorprenda. Es cosa de explorarse, de saber qué es el punto G, el punto K. Para las chicas: el orgasmo no lo encuentras sólo en el clítoris, sino gracias al punto G. En el hombre existe el gran tabú de la estimulación en la próstata, que obligatoriamente debe hacerse a través del ano. La mujer presenta una parte competitiva porque el chico suele buscar mucho la penetración anal, entonces la chica piensa: “si él me lo pide, ¿por qué yo no a él?, entonces se torna en un acto disparejo porque existe temor al transmitir curiosidad a la pareja, evitando el rechazo. También sucede que cuando el chico pide estimulación mediante la próstata, la chama piensa: “&%$@, este tipo es gay” y no, resulta que esa estimulación hace que el orgasmo se intensifique, es absolutamente natural, como la curiosidad de explorar. 




Tienda Kamasutra.
Calle París, con Calle Trinidad, C. C. Five Sister, Local 3. Las Mercedes.











El espacio interno del local no puede ser fotografiado (políticas de la empresa).
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Comentarios

  1. Mira pero qué fino post!!!
    Pasaré por esa tienda... =)

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  2. Si es en ccs, creo q es el Kamasutra de los Palos grandes xD

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  3. yo nunca me he atrevido a entrar a una sex shop jeje pero creo q dare una vueltica por ahi a ver q tal me va :P

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  4. estos artículos podrían ser notas documentales en video, son interesantes.

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