Diminutivo
El otro día, estando en la orilla de un beso, frente a frente, al colmo de la pequeñez y la fusión del respirar, le dije: “¿te imaginas una clase de fotografía que consista en esto?, estar acostados, cara a cara a un compañero y empaparte de sus detalles, el pelo, la planicie en sus mejillas, los círculos como dijes hipnotizantes por ojos, las grietas remojadas de saliva en los labios”. Le dije además: “que antes de cada clase el profesor recurra a esta actividad para que sus pupilos aprendan naturalmente a apreciar las bondades de la cercanía y la impresión que produce ver los mismos rostros de siempre desde esas distancias instigadores que no respetan fronteras en el espacio. Que aprendan a darle permiso a la velocidad para que pase de largo, quedándose ellos tranquilos, en pareja y descalzos viendo lo que nunca habían visto, capturando esas fotografías que las pieles regalan, con aromas y texturizadas, pinceladas de luz y viento…
Y sin esperarlo, la cercanía misma genera efectos secundarios debajo del pecho, pasando por las costillas, alrededor del ombligo, en el estómago, hasta llegar al más romántico de los órganos, ese que hace desear que la clase no se acabe jamás” .
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Y aguantó todo el discurso?
ResponderEliminarNo se durmió?
Te debe querer mucho.
Que bonito :)
ResponderEliminarno imagino las clases asi, serian dificiles al menos que fuese en parejas (amorosas) o algo asi... :P es sorpredente la dificultad que hay cuando el topic es "retrate a su compañero/a demostrando lo que son" y es alguien q apenas conoces y no les gustan ser fotografiados :P
ResponderEliminarSaludos!
Yo quiero estar en un clase asi.... registrando detalles....
ResponderEliminarmi beso
La mejor materia, la mejor clase.
ResponderEliminarinteresante forma de ver la fotografía, y yo que perdí el tiempo con composiciones, colores y demás
ResponderEliminarme resultan muy interesantes todos estos "artículos" de investigación que estás escribiendo últimamente
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