CÁPSULA N° 53: Pasión

No podemos huir de hacer lo que amamos. Nos llama, nos lleva, nos llora, nos lamenta, nos anochece, se envuelve tierna por las piernas, subiendo por las caderas, estremeciendo el corazón, se llama pasión. Besa mejor cuando hace soledad, y nos añora, y nos rescata entre sus fauces de plumas como la almohada a la cabeza cuando ha vuelto traviesa de farra buscando en otras faenas lo que aquí siempre ha tenido de sobra.


Hacer lo que sentimos, sin ataduras, sin condiciones, sin horarios, sin restricciones. Hacerlo desde lo más oceánico del alma. Es difícil quitarle los ojos de encima a algo que ya hemos distinguimos como maravilloso, es imposible volver atrás. Esto no es suerte, sino la fortuna de sabernos seres en cuyas ausencias está la fuerza para construir mejores azares. La vida incuba la sagrada maravilla de ser una ceremonia en la que nacemos todos los días, es la armonía que se sincroniza al calibrar estos dos focos y finalmente hacerlos merecedores de ser llamados ojos, dándoles la dicha de ver eso que ha sido creado para ellos.

Es que...cuando los poros se llenan de amor, el corazón por fin respira.


[ ]

Comentarios