Cápsula: N° 35: "Gabriel García Márquez, una vida"
A comienzos de agosto de 1966,
García Márquez acompañó a Mercedes a la oficina
de correos para mandar a Buenos Aires el manuscrito terminado de Cien años de soledad. Parecían dos
supervivientes de una catástrofe. El paquete contenía cuatrocientas noventa
páginas mecanografiadas. Tras el mostrador, el funcionario de la estafeta
anunció “Ochenta y dos pesos”. García Márquez observó a Mercedes rebuscar en el
monedero. No tenían más que cincuenta pesos, de manera que sólo pudieron mandar
una mitad del libro. García Márquez hizo que el funcionario fuera quitando
hojas, como si se tratara de rebanadas de jamón, hasta que los cincuenta pesos
bastaron. Volvieron a casa, empeñaron la estufa, el secador y la licuadora.
Regresaron a la oficina de correos y enviaron el segundo bloque. Al salir,
Mercedes se detuvo y comentó a su esposo: “Oye, Gabo, ahora lo único que falta
es que esa novela sea mala”.
Gabriel García Márquez, una vida.
[ ]
Comentarios
Publicar un comentario