Equinoccio


En el tren, un viejo de cabello nevoso y largo a los hombros, hastiado de leer poemas llenos de florituras, estaba absorto en una historia que prometía en cada nueva página alguna sorpresa cualquiera, lo decía su mirada, la ansiedad en ella. Leía sobre una muchachita con ojitos preñados de tristezas y otros asuntos complicados. Cuando subió la mirada para descansar, distinguió en el asiento de en frente a una joven idéntica a la del papel. Reparó nuevamente el libro y repasó su vista sobre ella sin disimulo. El parecido oprimió su pecho en una fuerte sensación de deja vú y confusión. Fue real, un acontecimiento en espiral tan conmovedor que creyó haber sentido la mano del narrador cambiarle la página con un desliz de saliva. 

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Comentarios

  1. No sólo me sé tu blog de memoria, si no que además creo que es uno de los blogs mejor diseñados en mi blogroll. O en términos de jeva: es burda de lindo, pues.

    Lamento muchísimo que no lo supieras antes! Un besooo!

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  2. Eran tres pero por problemas de visión solo vio a una.

    Besos.

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  3. Hermoso.
    Siempre tu blog tan refrescante.

    Un saludo!

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  4. Me ha pasado. Y sí, la sensación es definitivamente un déjà vu

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